Kaz Hirai llegó al puesto de líder supremo de Sony el 1 de abril y menos de 10 días le han bastado para sacar la tijera y empezar a recortar su empresa por todas partes. La peor, y esto ya no es una broma, se la llevarán las 10.000 personas que se irán a la calle en un enorme ajuste de personal. El 6% de la plantilla, nada menos.
Los recortes siempre son mala señal y los despidos son siempre el peor recorte. Sin embargo yo me pregunto por qué se despide a esa gente. Si no eran trabajadores necesarios ¿por qué se contrataron? Y si lo son, ¿por qué se despiden ahora?
Lo que está claro es que si Kaz Hirai ha tenido que tomar esta decisión, es porque no queda más remedio. Sony lleva una racha terrible desde que lanzó PS3, la cual no ha sido el bombazo que fue PS2 (ni ya nunca lo será). Vita ha tenido un lanzamiento desastroso en comparación con lo que seguramente se esperaba de ella. La división de móviles y televisores no pasan por sus mejores momento y la de cámaras de fotos es la única que aguanta el tipo. Todo ello durante una fase de reunificación que seguramente está siendo cara. Hay que volver a tener beneficios ya.
Pero si no se hace nada, las cosas no se arreglan solas. Los tiempos del Walkman o de PlayStation 2 han pasado y ahora hay que buscar nuevas formas de volver a la rentabilidad. Posibilidades las hay, pero puñetas, que se dejen de chorradas y que nos den lo que pedimos. Cuando lo hagan, la gente comparará con gusto, pero no pueden quedarse esperando a que todos pasemos por el aro como borregos cuando hay alternativas mejores.
Al menos la otra parte de los recortes es más positiva y consiste la cancelación ciertas primas a directivos, incluida la del recientemente "cesado"* Sir Howard Stringer. Ese tipo de recortes sí que son los que hay que hacer en cualquier empresa y un minipunto a favor del bueno de Kaz.
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| Kaz presentando la PS3 Slim. |
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