viernes, 18 de marzo de 2011

ESPECIAL: EL PRECIO DE LAS 3D

En este especial vamos a hablar sobre esa desconocida tercera dimensión, especialmente la parte que afecta a los videojuegos. Qué es, cómo funciona, qué nos hace falta para disfrutarla, qué efecto tiene sobre los juegos, qué es lo que ofrece, qué nos quita a cambio y si realmente vale la pena o no.

¡Venga! Si tampoco es para tanto.
  • Qué es eso del 3D
Seguramente todos recordarán de su vida escolar, que en geometría existen básicamente tres planos: ancho, alto y largo (o fondo). Para los que se saltaban las clases: el que va de derecha a izquierda, el que va de arriba a abajo y el que va de adelante a atrás. En una televisión o en un papel sólo podemos apreciar dos de los tres planos: ancho y alto.

Ejemplo práctico.
Para ver usamos los ojos. Puede parecer una obviedad pero igual alguien no se había dado cuenta. Gracias a que tenemos dos, nuestro cerebro recibe dos imágenes, cada una de ellas de un punto de origen diferente, separados entre sí por una nariz. El cerebro, mediante un proceso que para no liar más al personal denominaremos "magia", junta las dos imágenes en una, gracias a la cual podemos apreciar el tercer plano/dimensión, el fondo.

Sin embargo, una foto o imagen es plana, por lo tanto los dos ojos transmiten al cerebro la misma imagen y éste no puede crear la profundidad. Por lo tanto, ¿cómo se puede hacer para que en el cine o en la televisión las imágenes tengan fondo? Pues en realidad no se puede, sólo se puede hacer un truco para engañar al cerebro y que piense que sí existe fondo, cuando en realidad estamos mirando a algo plano.

El truco es muy sencillo, pues si hacemos que cada ojo vea una imagen distinta, mostrando lo mismo pero desde un punto de vista diferente, se crea la profundidad. El problema es cómo hacer que cada ojo vea una imagen diferente sin acabar con estrabismo.

  • Cómo funciona.
Desde tiempos inmemoriales, más o menos los 80, la industria del entretenimiento ha intentado llevar la tercera dimensión al mundo del cine. Los primeros proyectos no contaban con grandes presupuestos ni con avanzada tecnología, básicamente eran gafas con unos plásticos cutres azules y rojos. En la pantalla del cine se entremezclaban dos imágenes, una azul y una roja, una para cada ojo. El plástico se encargaba de filtrar sólo una de las imágenes y así cada ojo podía ver una cosa diferente. El efecto 3D estaba creado, pero los colores azul y rojo añadían un componente psicotrópico bastante mareante.

Gafas 3D clásicas...
...con su componente psicotrópico mareante.
La idea no acabó de triunfar, hasta que hace unos añitos, usando la tecnología actual, se evolucionó el sistema eliminando la tontería de los colores. Ahora tenemos unas gafas, activas o pasivas, que usan la misma idea: filtrar lo que ve cada ojo para que perciba una imagen distinta y crear el efecto 3D.

Las gafas activas funcionan mediante cristal líquido y una batería, más o menos igual que un reloj digital. La batería hace que el cristal líquido de cada lente se vuelva opaco bloqueando la visión durante 1/60 parte de un segundo. Sucesivamente se van alternando cada una de las dos lentes, a tal velocidad que el ojo no se entera, viendo así una imagen diferente y creando el efecto 3D. Las primeras gafas que usaban los cines y casi la totalidad de las gafas que vienen con los televisores 3D utilizan este sistema. Tienen el problema de que son caras, gastan pilas, pesan un huevo y si no son realmente buenas, dejan una molesta sensación de parpadeo (técnicamente conocido como "flickering").

Gafas 3D activas de Sony.
Las gafas pasivas son más simples. Son cristales polarizados que filtran la luz, de forma que a cada ojo se le filtra sólo una parte del espectro luminoso, consiguiendo el mismo resultado: que cada ojo vea una imagen diferente. Son muy ligeras, baratas, no gastan pilas, pero sufren (aún más que las activas) de un defecto llamado "ghosting" del que hablaremos más adelante en la sección de problemas. Actualmente sólo se encuentran disponibles para cines, aunque algunos fabricantes están pensando en incorporarlas a sus nuevos modelos de televisor.

Gafas pasivas marca "Acme"
  • Qué necesito.

¡Oooohhhh!
Hay dos formas de disfrutar del 3D. La más "barata" (nótense las comillas) es ir al cine y escoger una peli en dicho formato. Ah, pero si lo que quieres es jugar tendrás que decantarte por el plan B: comprar una tele nueva. Pero arriba esos ánimos, están bajando de precio a lo bestia y más que van a bajar todavía. En apenas uno o dos años costarán lo mismo que las teles normales ahora.

Ahora mismo existen varios fabricantes de televisores 3D: Sony, Samsug, LG y Panasonic son los más conocidos, pero existen algunos más. También hay diferentes tipos de tecnologías que soportan las 3D: LCD, plasma y proyectores. En cualquier caso nos hacen falta tres cosas: una tele/proyector, unas gafas 3D compatibles y una fuente que emita algo en 3D, ya sea una película, juego, etc.


LCD: Los televisores LCD 3D, que generalmente usan la tecnología de retroiluminación LED por ser más moderna y eficiente, utilizan paneles de cristal líquido que se activan y se desactivan formando la imagen. Son más populares que el resto y algo más baratos, pero debido a que el tiempo que tardan en activarse y desactivarse padecen más del conocido problema de "ghosting".

TV LCD-LED 3D de Sony.
Plasmas: Estos televisores utilizan micro celdas de gas, que al ser estimulado electricamente cambia de color, formando la imagen. Esta tecnología permite que la imagen cambie más rápidamente y el "ghosting" es menor, pero no lo elimina por completo. Son algo más caros, consumen más energía y tienen un ciclo de vida ligeramente inferior.

TV Plasma de Panasonic.
Proyectores: Básicamente, igual que en el cine. Mediante una lámpara se proyecta una imagen sobre una zona blanca donde se refleja la imagen deseada. La principal ventaja es que por poco dinero se consigue una pantalla de una burrada de pulgadas. El problema es que es necesario que haya poca luz para que la imagen se vea bien, más o menos como en el cine.

Proyector 3D de LG. Señorita no incluida.
De las gafas ya hemos hablado antes, aunque hoy en día todos los fabricantes están apostando por los modelos de gafas activas. Como fuente de algo en 3D se puede usar un reproductor de Blu-Ray 3D, una PlayStation 3 o un PC con una tarjeta gráfica compatible con Nvidia 3D Vision.


  • Cómo son los juegos en 3D

En el momento de escribir este artículo he podido disfrutar de Killzone 3, Motorstorm Apocalypse, Crysis 2, la beta online de SOCOM 4, Sly Racoon Collection, Super Sturdust HD y Wipeout HD. Los primeros son claramente los más espectaculares, pues han sido pensados ya con el 3D en mente, mientras que el resto han sido adaptados para esta función.

En el momento en que se prueba un juego en 3D, la primera impresión es ¡¡¡WHUOAAAAA!!! (ver imagen*) Es lo más parecido a estar dentro del juego. De repente todo tiene profundidad, como si la tele en realidad fuese una ventana. Es aún más impresionante que las películas en 3D. Los objetos cercanos están al alcance de la mano, todo se acerca o se aleja de forma apreciable cuando nos movemos, la velocidad pasa a producir una sensación muchísimo más real, incluso puede llegar a provocar un poco de vértigo.

*La cara que se le queda a cualquiera la primera vez que prueba un juego en 3D.
Sin embargo, conviene tener dos cosas en mente: la primera es que esto sólo es un efecto visual, algo que no afecta para nada al juego en sí. No vamos a conducir mejor o a apuntar mejor porque lo estemos haciendo en 3D. El juego es el mismo, se juega de la misma forma y la dificultad es la misma. En el online de Killzone, no tiene ventaja alguien que juega en 3D sobre alguien que lo hace en 2D. Es un efecto absolutamente espectacular, pero pero no pasa de ahí.

La segunda cosa que hay que tener en cuenta es bastante peor. El efecto 3D es impresionante al principio, pero esa espectacularidad se va diluyendo lentamente hasta desaparecer casi por completo. Al cabo de unas horas de juego estamos tan acostumbrados a la sensación que ya no impresiona tanto. Puede seguir sorprendiendo algún momento puntual del juego que se haga más espectacular por ser en 3D, pero la sensación global es que nos vamos adaptando a lo que vemos a medida que lo vemos.

Típica publicidad falsa. El efecto 3D casi siempre es hacia dentro, no hacia fuera.
En el fondo es algo normal. Cualquier juego, por espectacular que sea, deja de sorprendernos a medida que lo jugamos. Nos acostumbramos a lo que vemos, de la misma forma que nos acostumbramos a los sabores o a los olores. Si el efecto 3D no tuviera ningún coste sobre el juego, realmente no importaría, pero como veremos a continuación, sí lo tiene; sí hay un coste. Así que al final hay que tener muy en cuenta lo que se gana y lo que se pierde antes de desembolsar el cambio a la tercera y [temporalmente] fascinante tercera dimensión.


  • Cual es el precio de las 3D

Por fin la pregunta clave, título del artículo. Las 3D son increíbles, si, pero tienen un coste. Y no me refiero al dinero que se va a quedar el tío de la tienda a cambio de que nos llevemos una tele nueva y un par de gafas. Pero antes de continuar, y para ser exactos, hay que decir que en realidad existen dos tipos de costes: los permanentes y los ligados a los videojuegos.


    • Costes permanentes:

Los costes permanentes son aquellos que tendremos que "pagar" siempre, tanto si vemos una peli, un partido de fútbol o jugamos con algo. Están ligados irremediablemente a las limitaciones de la tecnología actual, por lo que no podemos evitarlos de ninguna forma.

Reducción del brillo/contraste.
El primer coste es más que evidente, la reducción del brillo, el contraste y el color. Esto se produce porque tenemos que ponernos unas gafas que oscurecen la imagen. Tanto las gafas activas como las pasivas la oscurecen. Las pasivas la oscurecen porque filtran una parte del espectro de la luz mientras que las activas la oscurecen porque... ¡los cristales están tintados!

Claro, uno podría pensar que unas gafas activas no tienen por qué oscurecer nada: si el cristal líquido está desactivado deberían dejar pasar la luz por completo. Y efectivamente así debería ser, pero los cristales de las gafas activas están oscurecidos a posta. El motivo es muy sencillo: con la tecnología actual no se puede conseguir que el cristal liquido se active y se desactive lo suficientemente rápido, por lo que en cada ojo queda un residuo de la imagen destinada al otro ojo. Esto es lo que se conoce como "Ghosting" y para atenuarlo lo más posible, los cristales se oscurecen artificialmente.


El "Ghosting", o "Cross-Talk" como se conoce por algunos lares, es el otro gran coste permanente que tiene el 3D. Es básicamente una interferencia que se produce porque una parte de la imagen destinada al ojo derecho se ve en el izquierdo y viceversa. Esto se produce por dos motivos: el primero es el que comentábamos antes, las gafas no son capaces de activarse y desactivarse a la velocidad suficiente, lo que deja un resido en cada ojo de la imagen destinada al ojo contrario. Otro motivo por el que se produce el "Ghosting" es porque los paneles, ya sean LCD o plasmas, no son capaces de cambiar por completo la imagen a la velocidad necesaria y dejan un residuo que se ve mientras el cristal del ojo contrario está abierto.

Ejemplo de Ghosting/Cross-Talk producido en el ojo izquierdo.
El Ghosting se produce más en unos televisores que en otros, pues algunos paneles son capaces de refrescar mejor la imagen. Por otro lado, algunas gafas tienen una velocidad de activación-desactivación mayor. Sin embargo, a día de hoy, no existe ningún aparato que se libre por completo de este defecto.

Una forma de solucionarlo es jugar con los valores de brillo, contraste y gamma. En mi caso, con una Sony Bravia KDL-46HX800, subiendo los tres valores al máximo, el ghosting desaparece casi por completo. Lo malo de esto es que la imagen queda con un exceso de brillo tal que resulta ligeramente molesto, sobre todo cuando se está mostrando un escenario oscuro, pues los negros se convierten en grises.


    • Costes de los videojuegos

Estos costes no se dan mientras vemos películas o cualquier tipo de contenido grabado previamente, sólo cuando estamos jugando a un juego. Cómo cualquiera debería puede darse cuenta, para que cada ojo vea una imagen diferente, la consola/PC debe crear dos imágenes por separado. Y para poder renderizar dos imágenes, inicialmente se necesita el doble de potencia, lo que por desgracia tiene un coste. Especialmente en PS3, que es un sistema de potencia limitada.

Motorstorm 3D Rift.
En condiciones normales, cualquier consola ejecutando un juego realiza un renderizado de una imagen que posteriormente muestra en pantalla. Para que el juego vaya fluido, debe renderizar la imagen un número de veces lo más alto posible: cuanto mayor sea el número, más suavidad notaremos al jugar. Sin embargo, renderizar una imagen tiene un coste, pues dependiendo del número de objetos a mostrar y la resolución a la que haya que mostrarlo, consumirá más o menos recursos y se podrá renderizar más o menos veces por segundo.

Habitualmente en PS3, los juegos suelen renderizar la imagen 30 veces por segundo. Algunos pueden llegar hasta las 60 veces por segundo, lo que da una suavidad de movimiento mucho mejor, pero para eso es necesario reducir el número de objetos en pantalla. Si ahora esta teoría la extrapolamos al 3D, veremos que tenemos que renderizar la imagen dos veces donde antes era sólo una, lo que implica que tenemos que sacrificar algo por otro lado.

Crysis 2 en 3D.
Podemos reducir el número de veces que el juego renderiza la imagen a la mitad, reducir la resolución a la que se renderiza o bien eliminar objetos de pantalla. Eso implica que el juego se verá menos fluido, con más dientes de sierra o que faltarán cosas que antes sí estaban en el juego. El caso es que hay que sacrificar algo, por lo que el juego al final siempre se va a ver peor en 3D que en 2D. "Es inevitable".

Y aquí es donde entran esos magos tan simpáticos que se hacen llamar a sí mismos "programadores". Su objetivo es conseguir el ansiado efecto 3D con la menor pérdida posible respecto al 2D. Pero lamento destriparos que la magia no existe, sólo existen los trucos y eso es lo que finalmente consiguen: unos trucos muy chulos para que no nos demos cuentas del percal, que por desgracia, está ahí.

Veamos a continuación que trucos utilizan algunos de los juegos 3D del mercado:

  • Super Stardust HD es un juego que originalmente funciona a 1080p, al rebajarlo a 720p puede mostrar la misma calidad de imagen con la misma suavidad, con una ligera pérdida de definición. 
  • Killzone 3 por desgracia es tan potente en 2D, que tiene que bajar su resolución hasta unos límites tan exagerados que genera unos dientes de sierra gigantescos, que bien podrían cortarnos los ojos si nos acercamos demasiado a la televisión. 
  • Motorstorm: Apocalypse en cambio opta por rebajar el refresco de pantalla, extremadamente suave en 2D, pero bastante menos suave en 3D, claro que así no necesita reducir la resolución. 
  • SOCOM 4 (la beta online de momento) opta por añadir unas pequeñas franjas negras a los lados para reducir el tamaño de la pantalla y por lo tanto la resolución. Esto evita los dientes de sierra y mantiene una velocidad de refresco estupenda.
  • Crysis 2 es aparentemente la única excepción. Tras unas pocas horas de juego luce exactamente igual de ¿bien? en 2D que en 3D. En ambos casos muestra la misma resolución y refresco de pantalla, ambos bastante bajos. Un nivel que para verse en 3D es excelente, pero que se queda algo cojo en 2D, sobre todo en comparación con otros juegos. La semana que viene estará disponible el análisis. 

¿Qué es mejor y qué es peor? Está poco claro, pero algo hay que sacrificar y seguro que va a resultar molesto; sobre todo cuando volvamos a activar el modo 2D. Entonces nos daremos cuenta de esa diferencia.

  • ¿Vale la pena?

Aquí ya entramos dentro de lo que es la valoración personal de cada uno. Mi respuesta sería "sí y no". Una respuesta muy chapucera que no deja nada claro, pero es que es imposible decantarse. Las teles 3D todavía son muy caras en relación con las que no lo son y la experiencia 3D está plagada de inconvenientes: pérdida de brillo, ghosting, reducción de la calidad de imagen en los juegos...

Pero por otro lado, tampoco se puede negar que las 3D son espectaculares, claro que esa espectacularidad se va reduciendo. Ojo, esto es algo que se cura rápidamente apagando la tele y volviendo a encenderla pasado un rato. Volveremos a flipar practicamente igual que si fuera la primera vez.

¿Vale la pena pagar lo que cuesta una tele nueva por un "Ooooohhhhhhhh" que a cada minuto lleva menos haches? Si un ninja asesino me estuviera mirando mal y me obligara a escoger, diría que NO. Pero de todas formas, si alguien va a cambiarse de tele y ya tiene una PS3 con algún juego que soporta 3D, entonces le diría que por un poco más se lance a la piscina. Pero cambiarse únicamente por la tercera dimensión, como que no. Todavía no.


Personalmente creo que los defectos que actualmente agobian a la tercera D, pueden solucionarse con el tiempo. Mejores gafas, mejores paneles, mejores latencias en el refresco de la imagen... todo eso hará  que las 3D sean el futuro. Lo que tenemos ahora mismo en la tienda no es el futuro, es un paso intermedio, una transición entre el pasado y el futuro.. llamémosle presente, por ponerle un nombre. Un paso que hay que dar necesariamente, pero que cuesta bastante pasta. Y no están los tiempos como para gastarla.

    2 comentarios:

    1. Muy buen artículo, Dani.
      Aunque me esperaré, para plantearme la compra de una tele 3D. Lo cierto es que tengo ganas de probar la experiencia.

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    2. Genial esta nota, creo que tenes mucha razon en cada una de las cosas que decis. Yo adquiri mi TV 3D en Noviembre, no buscaba un TV 3D en realidad, necesitaba un televisor mas para la casa y justo este estaba en oferta es un SONY EX-725 y la verdad que en relacion calidad y precio estoy muy contento con la compra y con la experiencia del 3D.

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