Por si no sois muy de noticias económicas, Sony llevaba 4 años dando pérdidas. Ha sido una mala racha, malas costumbres de vivir a todo tren cuando las ventas de PS2 les permitían despilfarrar a espuertas. Con PS3 la cosa cambió, no fue la máquina de hacer dinero que ellos esperaban y los agujeros que suponían algunos sectores de la empresa se destaparon, con lo que comenzaron las pérdidas. Al final Howard Stringer tuvo que dejar su puesto de CEO a Kaz "Ridge Racer" Hirai, que en tan sólo 1 año le ha dado la vuelta a la tortilla, pasando de tener pérdidas a tener beneficios.
Pero ojo amigos, que hay truco. No es que las cosas vayan bien de la noche a la mañana, es que Sony ha vendido una serie de activos inmobiliarios que han inyectado una generosa cantidad de liquidez en la empresa. Ese el principal motivo del cambio de tuerca, las ventas de algunos edificios en Norteamérica y Japón. A ver, tampoco voy a quitarle mérito al amigo Kaz, que está haciendo un trabajo fabuloso reestructurando todo Sony, pero la salida del hoyo no se ha producido sólo por sus cambios en la forma de gestionar la empresa.
Si nos vamos a los números, este año Sony ha tenido unos beneficios anuales de 458 millones de dólares. En el ámbito de los videojuegos, que es lo que nos interesa, se ha registrado una caída en las ventas de un 12.2% y una caída de los beneficios del 94%. La caída de las ventas es relativamente normal, PS3 lleva ya demasiados años en el mercado y muestra cada vez más signos de agotamiento. La caída en los beneficios no es tan normal, pero puede deberse a los costes de desarrollo de PS4, que a pesar de todo no estará llegando a la barbaridad que costó el desarrollo de PS3.
Lo bueno es que de cara al próximo año se espera que las ventas aumenten, aunque los beneficios se mantendrán más o menos igual. Esto quiere decir que sí podrán tener beneficios de forma natural, sin necesidad de vender ninguna propiedad. Lo extraño son las estimaciones de ventas: en el caso de PS2 se reducirán a 0, las de PS3 bajarán a 10 millones (este año PS2+PS3 fueron 16.5 millones) y las de PSP+Vita bajarán a 5 millones (año pasado fueron 6.8 millones). Eso quiere decir que si todo baja, el resto van a ser ventas de PS4, las cuales no pueden comentar por el momento, pero obviamente entran en los planes de la compañía.
Al margen de los videojuegos, las ventas de teléfonos móviles Xperia van muy bien y las previsiones son que aún irán mejor, mientras que las de televisores van mejorando poco a poco. El resto de departamentos se mantienen más o menos estables.
Ahora nos toca hablar de PS4. Está claro que Sony no quiere volver a sacar una máquina que les de pérdidas. El viejo truco de vender por debajo del precio de coste para luego recuperarlo con juegos o periféricos ya no sirve. En Sony ahora tienen que hilar muy fino y por eso han recurrido a AMD, para que se encarguen tanto de la CPU como de la GPU, que irán montadas en un sólo chip APU. Con ello esperan conseguir una máquina con la relación precio/potencia más equilibrada posible.
Tiene que ser barata para que la gente esté tentada de comprarla desde el comienzo, pero tiene que ser potente para ofrecer la mayor calidad posible durante los próximos años. Eso hace que se estén rumoreando precios en torno a los 400-500 euros, con diferentes configuración que podrían incluir un juego, la nueva cámara PSEye o una suscripción de un año a PS+. Al menos esta vez no tienen que incluir un carísimo (en aquel entonces lo era) lector de blu-ray o pagar el desarrollo de un chip exclusivo como fue el CELL.
Sony quiere corregir todos los errores del pasado. PSVita será con toda seguridad la última portátil de la compañía, en vista de que no acaba de despegar, y seguramente se fusionará con su línea de móviles Xperia, mientras apuesta fuerte con una PS4 que ha sido cuidad hasta el último detalle. Lo bueno de que Sony se esté poniendo las pilas es que los usuarios seremos los que vamos a salir ganando.
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| El bueno de Kaz Hirai enseñando un teléfono idéntico al mío. |
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